Una empresa argentina desarrolló un hilado de cobre con el que se elaboraron medias que fueron utilizadas por los 33 mineros chilenos durante los días que estuvieron atrapados a 700 metros de profundidad. El desarrollo tecnológico nacional evitó que a los mineros se les infectaran los pies, a pesar de las condiciones de calor y humedad que existían en la profundidad de la mina.
“Sin la ayuda del gobierno nacional en el freno de las importaciones de
China nunca hubiéramos podido realizar este desarrollo tecnológico”, dijo Ignacio Curi, director de comunicaciones y finanzas de MAFFISSA, tras mantener una entrevista con la ministra de Industria, Débora Giorgi. Allí anunció un plan de inversión para la empresa por $50 millones para la producción de fibra, poliéster y polietileno y otra inversión para desarrollar geotextiles, un elemento que se utiliza en la industria de la construcción, que podría financiarse a través del Fondo del Bicentenario. La empresa emplea hoy a 550 operarios y, de concretarse la inversión, podría aumentar su plantel de personal en 120 nuevos puestos de trabajo.
Los mineros recibieron sus primeras provisiones recién a los 18 días de producirse el derrumbe y una de las preocupaciones de los médicos era el grave riesgo de infección que corrían al estar sometidos a condiciones de encierro con calor y alta humedad.
Por eso, entre las provisiones que el gobierno chileno les dio, había pares de medias con un Hilado Antibacteriano de Cobre que se desarrollaron en conjunto la empresa argentina MAFFISSA (Manufacturas de Fibras Sintéticas SA), que tiene su planta en La Plata, provincia de Buenos Aires, y la estatal chilena Codelco, a través de su empresa Cuprón. Este hilado tiene propiedades antibacterianas certificadas en laboratorios de Israel y Estados Unidos y cuenta con el respaldo científico del International Copper Association y los mineros, al utilizar estas medias, salieron de su encierro –que duró 70 días- sin infecciones en los pies gracias a la utilización de esta prenda.
El hilado antibacteriano es una tecnología completamente nueva. Las primeras muestras se fabricaron en La Plata en julio 2010. En agosto se tejieron las primeras medias en Chile y el gobierno de Sebastián Piñera decidió enviarlas a la mina con la idea de proteger a los 33 mineros de infecciones en los pies que usualmente se generan por la exposición constante a la elevada temperatura y humedad.
“Los médicos que revisaron a los mineros luego del rescate quedaron sorprendidos. Ellos esperaban infecciones graves en los pies, sin embargo, no encontraron ningún indicio, sí en otras zonas del cuerpo”, dijo Curi.
La relevancia de este hilado es que por contacto directo en menos de 2 horas elimina el 99,9% todas las bacterias que causan infecciones en los seres humanos y, además, mantiene esta propiedad luego de sucesivos lavados.
“La clave de la innovación consiste en el desarrollo de un gránulo con cobre y otros químicos llamados Masterbach de Cobre que se funden con polímeros sintéticos y se forma el hilado antibacteriano de cobre, ya sea de poliéster, nylon o polipropileno. El hilado antibacteriano emana iones que penetran en las membranas de las bacterias y las destruye prácticamente en su totalidad, superando otras tecnologías utilizadas hasta el momento en el mundo como, la plata o los aditivos químicos. La plata puede tardar días en eliminar porcentajes menores de bacterias y las propiedades de los aditivos químicos se diluyen con los lavados”, explicó.
La utilización cotidiana del Hilado Antibacteriano de Cobre puede salvar vidas. La tercera causa de muerte por enfermedades en el mundo son las infecciones intrahospitalarias y la implementación de este hilado en sábanas, recubiertos y ropas médicas puede reducir significativamente las infecciones mortales en los pacientes.
Incluso, sirve para proteger zonas del cuerpo sensibles, por ejemplo los pies en personas que sufren de diabetes o en la formación de hongos en deportistas. El costo de incluir estos hilados en diferentes prendas textiles como ropa interior, sábanas o toallas es relativamente bajo y en el país ya se están realizando pruebas con la firma Eseka, que tiene las marcas Dofour y Cocot.
MÁS INVERSIONES
En tanto, los dueños de la empresa argentino-uruguaya Entre Ríos Crushing, del sector agroindustrial, anunciaron una inversión por $ 86 millones para la construcción de una planta de biodiesel en el parque industrial de Gualeguaychú.
Los empresarios se reunieron con la ministra Débora Giorgi, quien puso a disposición del emprendimiento la lía de créditos del Fondo del Bicentenario, a una tasa del 9,9% en pesos fija anual y 5 años de plazo y hasta 12 meses de gracia.
La empresa es un emprendimiento binacional, con un 80% del capital accionario en manos uruguayas y el 20% restante en manos argentinas. El presidente de la compañía, Martín Echeguía, junto al director de la empresa, Ricardo Zerbino, explicaron a la ministra los alcances de la inversión para incorporar más valor agregado a la cadena oleaginosa, ya que la empresa hoy procesa 1.000 toneladas diarias de soja para elaborar aceite de soja, harina y pellets.
“El fuerte proceso inversor que se está desarrollando en el país demuestra que la argentina industrial es posible con la articulación de políticas desde el Estado y el acompañamiento financiero para proyectos que generan valor y crean más trabajo argentino”, dijo Giorgi.
Buenos Aires, 26 de noviembre de 2010.
http://www.industria.gob.ar/?p=5092
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